En estos días, he leído biografías de mujeres fuertes, valientes y poderosas, entre ellas las de Marie Curie, Emmeline Pankhurst y Charlotte Bronte, pero la historia que más me sorprende cada que leo algo sobre ella es la de Madame Curie, rompiendo convencionalismos sociales, abriéndose paso entre las críticas, entre las miradas atónitas, en un mundo de hombres, en una época en la que era mal visto que la mujer estudiara una licenciatura, trabajara o pretendiera hacer algo más de su vida que casarse y tener hijos. Cuando se habla de feminismo me viene a la mente su valentía, su no conformismo, su capacidad para afrontar el dolor de la vida, transformarlo en trabajo y en perseverancia.
Su historia me impacta, su historia con Pierre, ¡lo genial que era Pierre Curie!: "Me parece que usted es un poco pretenciosa cuando dice que es perfectamente libre. Todos somos esclavos, cual más, cual menos, de nuestros afectos, esclavos de los prejuicios de aquellos a quienes amamos", le escribió cuando trataba de conquistar su corazón. ¡Y qué decir del padre de Pierre! era la onda, un abuelo adelantado a su tiempo, prácticamente fue quien crió a las hijas del matrimonio, sabiendo y aceptando que tenía una nuera poco convencional.
Marie era el feminismo encarnado: Luchando por la igualdad, quería estudiar, quería sacar un doctorado, quería trabajar en su laboratorio a la par de su papel de esposa y madre, ella aunque no buscaba reconocimiento social a final de cuentas y a pesar de las críticas en su momento obtuvo lo que nadie en su tiempo (y creo que hasta el momento) 2 premios nobel en 2 áreas distintas (física y química).
Eso es feminismo, la lucha por lo que merecemos, seamos hombres o mujeres, en su tiempo Marie fue agresiva con sus actos para abrirse paso, en el caso de Emmeline en el movimiento sufragista junto con sus activistas tuvo que hacerse ver rompiendo cristales, organizando mítines, haciendo huelgas de hambre hasta lograr su objetivo: alcanzar el derecho al voto, igual que los hombres.