El otro día estaba platicando con mis papás sobre los ritos funerarios. Les pedía que cuando muera me hagan una lápida en forma de libro, no estoy segura de que lo vayan a recordar y hacer pero me parece bonito pensar en eso, en una lápida en forma de libro, añadir unas palabras mías o algún pequeño fragmento de un poema de los tantos favoritos que tengo. Mi lápida sería la representación, el símbolo de una pasión y de una lectora empedernida que tuvo lugar en la tierra y que seguirá existiendo leyendo en alguna gran biblioteca.
Cada quien tendrá alguna pasión, una o más. Una de las más marcadas en mi, sino es que la más, es la lectura. Para mí un libro es más que un libro y para alguien que no comparte esta pasión le será difícil comprender mis emociones. Y es que un libro es más que la composición de las partes que le conforman. Es más que la portada, es más que las letras, es una historia, amo las historias por eso soy psicóloga y por eso estudio tanatología, por eso leo cuentos, novelas, por eso leo poesía. Un libro es un misterio, el misterio de cómo fue hecho, el misterio de cómo fue inspirado, pues detrás de esa historia hay más historias. Los veo y sonrío, el tiempo se detiene en una librería. Ahora mismo no tengo mucho tiempo disponible pero si así fuera pasaría horas viéndolos, admirándolos, emocionándome. Un libro para mí es algo más que un libro... Oda a los libros.