Hace días, caminando por la calle, me encontré de frente a una pareja de edad avanzada, la señora caminaba despacio y se notaba que le costaba hacerlo, mientras que él la iba llevando de la mano ayudándole. Al verlos me llamó tanto la atención el cuidado con que él la trataba, que no pude más que decir "¡eso es el amor!" De acuerdo a lo que he visto y vivido hasta este punto de mi vida, creo que el amor no son palabras, no son promesas y no son alardes.
Amor, es que te duela el dolor del otro, el amor no es rogar, pero tampoco es rendirse a la primera. Amor, no es decir "te amo con todo mi corazón" y al mes siguiente decírselo a otra persona.
Amor es esfuerzo, porque ya no tiene que ver con la facilidad y fragilidad del enamoramiento. No son suspiros ni mariposas en el estómago. El amor no es un huracán pero es profundo. Es hacer lo correcto, es saber que elegiste un camino y comprometerte con él, a voluntad, porque sabes que habrá desaciertos y desencuentros, habrá problemas, a veces tan fuertes, que vas a querer desistir. Pero no lo harás, porque sabes que ahí está el honor. Porque el amor se prueba con la lealtad, saber que hay más opciones, pero el amor es una decisión.
Cuántas dificultades no habrá tenido esta pareja a lo largo de los años, cuántos retos no habrán afrontado y ahí están, dándole frente a la vida, juntos. Porque el amor no perdura porque sea magia, perdura porque te esfuerzas.
viernes, 1 de marzo de 2019
miércoles, 6 de febrero de 2019
Cómo reconocer una falsa amistad
Ya que estamos en este mes en que es celebrado el día del amor y de la amistad, escribiré un poco acerca de lo que entiendo por no amistad.
Las personas con las que nos rodeamos influyen en nuestra vida, en cómo pensamos, en cómo actuamos, en nuestros propios hábitos. Por eso, debemos de ser muy cuidadosos al momento de elegir a las personas que están a nuestro alrededor y mucho más a los que nombramos "amigos".
El filósofo Aristóteles decía sobre la amistad: “…la amistad perfecta es la de los hombres buenos e iguales en virtud;
porque éstos quieren el bien el uno del otro en cuanto son buenos, y son
buenos en sí mismos; y los que quieren el bien de sus amigos por causa
de éstos, son los mejores amigos…”
Se dice que si queremos buenos amigos, seamos un buen amigo, pero yo le agregaría también: Selecciona, elige personalidades, mentalidades que te hagan crecer, que te hagan ser mejor, y de ahí parten las cuestiones que debemos analizar sobre cómo reconocemos a un mal amigo, estos son para mi los principales:
1. Te induce a vicios: Como dije, selecciona, una persona que se valora y se respeta, no quiere personas mediocres alrededor, si alguien cercano te induce a que adquieras o sigas con un vicio, el que sea, fumar, tomar alcohol, sexo y otras drogas, no puedes esperar que sea una persona que genere crecimiento en ti.
2. Te ofrece malos consejos: Si comentas tu vida por confianza estás depositando parte de tu intimidad, pero si esta persona no es equilibrada o no tiene suficiente inteligencia emocional, podrías obtener consejos que no sean objetivos ni benéficos, los buenos consejos te ayudan a perseverar, pero hay otros comentarios tóxicos que dañan, que lastiman, que son puro veneno. Evitar enjuiciar, el silencio y la escucha son mejores que un mal consejo, si no tenemos algo bueno que decir, mejor no decir nada, debemos mantenernos neutrales y objetivos.
3. Influye negativamente en tu vida: Nadie somos perfectos y por lo tanto, no hay vidas perfectas, pero observa, analiza cómo vive la gente que más influye en tí: ¿Es una persona independiente?, ¿con valores?, ¿Perseverante?, ¿Digno? ¿Inteligente, centrado? o todo lo contrario.¿De qué forma ayuda esa persona a mejorarte a ti, es buen padre, buen esposo, buen hijo? ¿Trata de cultivarse, de motivarse de apender? ¿tiene buena conversación
Para tener buenos amigos, hay que ser uno, pero también hay que rodearnos de gente que valga la pena tener cerca, que el tiempo que pasamos con ellos sea valioso y de crecimiento mutuo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)