miércoles, 10 de abril de 2024
Sobre la brevedad
viernes, 5 de abril de 2024
Sobre la pérdida
La historia de la pérdida en el ser humano comienza en el momento en que nacemos. Perdemos para siempre el calor interno del vientre de mamá, ese lugar cómodo y seguro del que salimos para enfrentamos a un lugar desconocido. Al crecer poco a poco van agregándose más pérdidas, que van formando a su vez parte de nuestra identidad. Puede ser un juguete muy querido en la infancia, el osito o la muñeca que olvidé en algún sitio... Una mascota que fallece, un perrito o un gatito muy amados o algún familiar o persona cercana.
Vamos también a perder nuestro cuerpo de niños, nuestro primer amor, quizás nos cambiemos de casa o de lugar de residencia, de escuela, vemos cómo se van algunos amigos, luego perdemos nuestra dependencia de papás y tenemos que ser más autónomos para elegir empleo o profesión. Durante ese camino perdemos algunos un poco la vista (usar lentes) mientras los amores se van acumulando en el historial de pérdidas, empleos, más amigos, algunos fallecimientos más. Es curioso, ¿verdad? Cómo una persona al perder está en constante renovación, en constante cambio y transformación.
Tipos de pérdidas:
Pérdidas biológicas: Relativas a crecimiento mismo de la persona como cambios de acuerdo a la edad, dejar el cuerpo de niños, disminución de la vista, caída del pelo, que te salgan canas, etc.
Pérdidas materiales: No son pérdidas menores, hay que evitar comparar el dolor o minimizarlo pues hay pérdidas que duelen mucho, como puede ser una casa, dinero, algún objeto con un significado especial, incluso hasta fotografías que nos gustaban mucho o recordaban a alguien querido y que por alguna razón se perdieron.
Pérdidas emocionales: Aquí entra la pérdida de un amor o de varios, rompimiento de pareja, divorcio, cuando una amistad se va a vivir a otro país por ejemplo y sabes que la relación cambiará, o que por un conflicto dejan de ser amig@s, algún otro vínculo como una relación laboral, etc.
Pérdida fisiológica: Se refieren a la parte de nuestro cuerpo y de la salud, como puede ser alguna amputación de un miembro, alguna cirugía que implicara el retiro de algún órgano, el diagnóstico de alguna enfermedad crónico-degenerativa, que por algún accidente se quedase en silla de ruedas por ejemplo.
Pérdidas de vida: Son las pérdidas por fallecimiento de personas cercanas, familiares, mascotas.
Hay algunas pérdidas con las que seguimos sin mayor dificultad y otras que nos llegan al alma, que duelen demasiado, de las que necesitamos hacer un duelo y darnos un tiempo para trabajarlas y sanar. La tristeza que nos genera nos lleva a bajar la actividad a la que estábamos acostumbrados para darle espacio al duelo y al camino a la adaptación. Hacer un duelo es una decisión, el no hacerlo cuando perdemos algún importante o significativo conlleva a que eso no se elimine, sino que se archive y pase factura en algún tiempo.