sábado, 27 de septiembre de 2025

Ser amables con nosotros mismos

Ser amables con los demás desde pequeños nos lo van enseñando, a saludar, a respetar, ser buenos y cordiales con las personas que nos rodean va siendo algo parte de nuestros valores y andar cotidiano y el hacer lo mismo con nuestra propia persona parece algo obvio pero casi nadie lo es. Por lo general pasamos por encima de nuestras necesidades, nos malpasamos, comemos chucherías, somos sedentarios y a veces nadie nos trata tan mal como nos tratamos nosotros mismos diciéndonos cosas que quizás al otro jamás se le hubieran ocurrido, como chistes crueles sobre nuestra apariencia o regaños o críticas constantes. Somos exigentes más que como lo haríamos con los que nos rodean.

Ser buenos con nuestra persona es algo que por lo general no se enseña, tratarnos con amabilidad a veces se mal interpreta como ser egoístas o incluso el extremo narcicismo. 

El practicar la amabilidad con nosotros implica ser conscientes de que nosotros también importamos y que el tratarnos como alguien a quien queremos es una práctica sana que conlleva múltiples beneficios como el alejarte de actividades nocivas, no le darías alcohol en exceso a alguien a quien amas, o no le darías un cigarro, no le dirías palabras groseras ni dejarías que pase hambre o sueño. 

Es decir, el ser amable con nosotros es una práctica de amor, ser amorosos empezando por mí. Las prácticas son tan "sencillas" que es contradictorio el hecho de que ser observen poco comunes, como tener el hábito de comer siempre a la misma hora para no dañar nuestro estómago, dormir lo suficiente, alimentarse nutritivamente, realizar algún tipo de actividad física de manera regular, terminar nuestro tratamiento médico si estamos enfermos, evitar actividades que me hacen mal, que me ocasionan algún tipo de daño: físico, emocional, psicológico, social, evitar agredirme con palabras, o acciones, etc. 

Y es poco común porque estamos acostumbrados a no vernos, a no mirarnos a nosotros, a evitarnos, pero podemos comenzar a reflexionar sobre qué hago de manera cotidiana que implique un daño a mi persona, pensar en mí y en cómo es el trato que me doy. No hay esfuerzo pequeño si quiero ser más amable y amoroso conmigo mismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario