miércoles, 9 de noviembre de 2016

La casa de huéspedes

"El ser humano es una casa de huéspedes
a la que, cada mañana, llega alguien nuevo.

Una alegría, una decepción, una mezquindad,
una conciencia momentánea,
que se presentan como un visitante inesperado.

¡Dales la bienvenida y recíbelos a todos!
Por más que se trate de un coro de penurias
que barren violentamente tu casa
y la despojan de todos sus muebles.

Trata a cada huésped con el respeto que se merece,
porque podría estar abriendo un espacio
para nuevas delicias.






Recibe, sonriendo en la puerta
al pensamiento oscuro, la vergüenza y la malicia
e invítalos a entrar.

Da las gracias a todo le que llame,
porque todos han sido invitados,
como guía, desde el más allá".

- "La casa de huéspedes" de Barks y Moyne, publicado en "Terapia cognitiva basada en el mindfulness para la depresión", Zindel V Segal, Mark G. Williams y John D. Teasdale.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Autorreparación

     "La mayoría de los estudios muestran que cuando nos vemos enfrentados a adversidades graves, la mayoría de nosotros podemos apañárnoslas sin secuelas y que solo una minoría desarrolla síntomas postraumáticos. De hecho, nuestra mente dispone, al igual que el cuerpo, de notables facultades de autorreparación, que escapan en gran parte a nuestra atención.
     Vivir es actuar, establecer relaciones con los demás, observar el cielo, comer, distraerse: cuanto mas nos orientamos hacia la vida y menos hacia nosotros mismos, hacia las pruebas dolorosas que acabamos de atravesar, más oportunidades concedemos a esas capacidades de autorreparación para que realicen tranquilamente su labor. Por eso darle vueltas al pasado es lo peor que se puede hacer cuando se han vivido momentos difíciles (es como rascarse una herida, impidiendo que cicatrice). Liberarse de ello es lo mejor que podemos hacer. Cuidado, liberarse del pasado no es olvidar ni borrarlo, sino no dejarle ejercer su influencia sobre nosotros. 

     ¿Dificil? Sí, es difícil. Pero no se trata de aspirar a un control absoluto: ¡Que no pase ni una cavilación más!. Más bien se trata de un control perseverante: cada vez que veo que estoy a punto de darle vueltas a algo, regresar al presente, a la acción, a la observación de la realidad en lugar de a la cavilación de esa virtualidad tramposa, que son los dolores del pasado y los temores sobre el futuro. 
     Todas las alegrías, incluso microscópicas, efímeras, incompletas e imperfectas, me curarán de estas heridas de la existencia. Por ello, cuanto más me entrene en disfrutar de la existencia en momentos sosegados, más fácil me resultará hacerlo en periodos de tormenta, o tras la tormenta, frente a todos los estragos y las obras de reconstrucción que me esperan. Y, en esos momentos, no buscaré sentirme feliz, sino simplemente exponerme al sol de la felicidad, a la espera de que poco a poco me caliente y recupere la buena cara. 
               La vida es reparadora; la vida feliz todavía lo es más"

 - Chistophe André en: "Y no te olvides de ser felíz". 

domingo, 6 de noviembre de 2016

Sobre los pensamientos

"Todos hemos estado cansados. Recuerde cómo aborda el día cuando su batería está agotada, o cuando se levanta con mal pie. La mayor parte del tiempo estamos más sensibles, más irritables, lo malinterpretamos todo. Si nos cruzamos con un compañero que nos saluda sin detenerse, pensamos: "¿Qué ocurre? He debido hacer algo que no le ha gustado, ya no me aprecia", etc. Rumiamos esos pensamientos durante toda la jornada... ¡Y corremos el riesgo de seleccionar todos los elementos externos que los confirmen! Todo ello para llegar, al final del día, a conclusiones del tipo: "Estoy solo", "No estoy lo bastante bien" o "He hecho algo mal". Cuando estamos tranquilos, en plena forma, ese mismo acotecimiento pasa desapercibido y se interpreta como: "Tiene prisa" o "Tiene una cita". 
Resultado de imagen para la mente puede ser tu mejor amigo o tu peor enemigo
¡Los pensamientos que cruzan nuestra mente no son la realidad! Y sin embargo, me aferro a ellos cuando me siento mal. Esos pensamientos aumentan nuestra angustia, nuestra tristeza, y nos precipitan al abismo de la depresión. ¿Qué son exactamente? Sólo una interpretación de la realidad. ¡Los pensamientos no son hechos! Esta noción es esencial para no identificarnos con ellos, para "desfusionarse" de ellos. No soy lo que ellos dicen, su presencia sólo me indica que estoy triste. enfadada o ansiosa... Y eso lo cambia todo. Esta emoción tiene una razón para estar ahí, ahora, debo cuidar de mí, pasará".
 - Stéphany Orain-Pélissolo en "Los secretos de los psicólogos". 

sábado, 5 de noviembre de 2016

¿El dinero es la felicidad?

¿Cómo te explicas el hecho de que exista gente muy rica pero infelíz y gente pobre feliz? (Ocurriendo algo parecido con el tema de la salud).
 
Estoy leyendo un libro llamado "La auténtica felicidad" del psicólogo Martin Seligman, y me ha traido muchos datos interesantes para tratar de clarificar un poco más algunas cuestiones relacionadas con el tema de la felicidad del que ya he contado, me gusta leer. 

Hay mucho que contar al respecto y es todo un tema de conversación, es obvio que al tener más dinero se pueden conseguir más comodidades y viajes, sin embargo, la felicidad tiene relación con algo aún más profundo y es el hecho de que cada uno está predispuesto a un rango de felicidad por asi decirlo, y aunque se ganase la lotería y eso te provocara un mar de felicidad, al cabo de unos meses volverías a ser tan feliz como siempre has sido. Seligman lo llama "rango fijo de emoción positiva", que podría constituir el componente genético de la felcidad general. O sea que el tener mucho dinero impactaría de manera efimera en nuestra relacion con la felicidad. 

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Refiere Seligman:

"Los sucesos importantes -como ser despedido o asendido- pierden su efecto sobre el nivel de felicidad en menos de tres meses. 
La riqueza, que sin duda ayuda a acumulas mas posesiones, guarda una relacion sorprendentemente baja con el nivel de felicidad. En general, los ricos sólo son ligeramente más felices que los pobres.
El atractivo físico -que al igual que la riqueza proporciona una serie de ventajas-no incide demasiado en la felicidad.
La salud física objetiva, que quizás sea el más valioso de todos los recursos, apenas guarda relación con la felicidad". 

Y todo lo anterior no tiene una elevada importancia para la felicidad porque todo ello tiene que ver la subjetividad del individuo. 

Ahora, habría que reflexionar acerca de ¿como nos sentimos generalmente respecto a la felicidad? ¿Me considero una persona Muy feliz, feliz, regularmente feliz, infeliz o muy infeliz? 

Independientemente de las circunstancias, de los retos o conflictos que implica la vida, del trabajo, problemas con otras personas, etc. La cuestión es interna.  

Respecto a la felicidad y satisfacción con la vida Seligman nos dice que no nos molestemos en hacer lo siguiente:
  • Ganas más dinero
  • Gozar de buena salud (la que importa es la salud subjetiva)
  • Elevar al máximo su nivel de estudios
  • Cambiarse a un clima más soleado.
Ya comentaremos en posteriores entradas más acerca del tema. Mientras tanto ¿Tu que piensas al respecto?

martes, 1 de noviembre de 2016

Nocturno

"Cada mañana, al despertar, resucitamos;
porque al dormir morimos unas horas
en que, libres del cuerpo, recobramos
la vida espiritual que antes tuvimos
cuando aún no habitábamos la carne
que ahora nos define y nos limita,
y éramos, sin ser, misterio puro
en el ritmo total del Universo.

Porque al dormir morimos sin saberlo;
nos vamos al espacio en ágil vuelo
sin perder la unidad que nos integra,
y somos como somos: idénticos, sin cambio,
extensos y desnudos
como el azul en el temblor del aire.

 No extrañamos el cuerpo; no sufrimos
la ausencia de la piel que nos cobija;
somos como antes de nacer: etéreos,
vivos en plenitud de firmamento
y penetrantes como luz en sombras.


















Y nadie, cuando duerme, acaso piense
que yace en los dominios de la muerte:
porque el cansancio, apenas agonía,
nos borra la razón,
desciende con ternura nuestros párpados,
apaga nuestros ojos,
anestesia la carne y nos separa de ella
para dejarnos vivos en el sueño.

Y esta costumbre de morir a diario,
sin dolor, sin sorpresa,
natural como el agua
que se deja atraer por el declive,
no nos deja pensar que es una muerte
cada vez que dormimos,
y que, de cada muerte transitoria,
aprende nuestro ser

la verdad de morir su muerte eterna".

-Elias Nandino