Hace días terminé de leer "El corazón es un resorte" de Pablo Boullosa. He de confesar que desde que hablaron de su publicación hace un par de meses en el programa "la dichosa palabra" me llamó la atención y una vez que lo ví en la librería pues no tuve más que llevarlo a casa.
A pesar de que gratamente el autor habla de todo un poco sobre lo relativo a la educación, se enfoca en el poder que tienen las historias y las metáforas en el proceso de aprendizaje, pues la imaginación es una de las herramientas más poderosas en cuanto a lograr lo que queremos (primero imaginamos y luego ponemos en práctica, primero imaginamos y aplicamos soluciones a nuestros problemas).
Ya he comentado que me gusta subrayar los párrafos que me gustan cuando voy leyendo y en el transcurso de éste, he subrayado muchas cosas pero de lo que más llamó mi atención a través de su lectura es el hecho de que la libertad, más que hacer lo que uno quiere es gobernarse a sí mismo, que el principio de toda virtud es lograr controlar esa parte instintiva de nosotros mismos "si permanecemos presos de nuestros antojos, de nuestras ocurrencias, de nuestros impulsos, de nuestro instinto, siempre seremos esclavos. La libertad es un asunto, antes que de regímenes políticos, de herencia social y de conquista individual". El que la fuerza de voluntad se compone de 3 cosas: qué quiero, qué voy a hacer y qué no voy a hacer. (Cuestiones que dicho sea de paso, me han servido bastante en mi proceso personal de convertirme al vegetarianismo y llevar un estilo de vida más saludable, porque también se aprende a vivir mejor).
Pablo Boullosa ofrece también herramientas para mejorar e impulsar como padres de familia o docentes el aprendizaje, además sugiere un juramento docente como el hipocrático en los médicos, que me parece muy acertado y que va encaminado al buen ejercicio de la profesión educativa que buena falta nos hace en México "Como maestros, debemos entender que hay muchas cosas que escapan a nuestro control. Ni siquiera podemos escoger a nuestros alumnos. Por lo tanto, debemos concentrarnos en aquello que sí podemos controlar: nuestro propio desempeño".
Describe muy acertadamente la importancia de la lectura en la educación, además de citar algunas obras de la literatura clásica "Por fortuna, existen libros mejores que otros y que los mejores de entre los mejores son los libros que llamamos clásicos".
Y concluyo con esto que me encantó relativo al juramento hipocrático que bien puede aplicarse a todas las profesiones:
"El médico debe ser capaz de observarse a sí mismo. Cuando entres a la habitación del enfermo, contempla tu manera de sentarte, el arreglo de tu atuendo, tu expresión decidida, la brevedad de tu discurso, tu comportura, tus modales. Reprime las perturbaciones, mantén el control sobre ti mismo, y ejecuta aquello que tengas que hacer.
Cobrarás bien cuando puedas hacerlo, pero habrá ocasiones en que no cobres por tus servicios, y si debes ayudar a completos extraños con dificultades económicas, bríndales toda tu asistencia.
Donde hay amor por la vida humana, también hay amor por el arte. El médico que ama la sabiduría, se asemeja a los dioses. "
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