lunes, 27 de marzo de 2017

La importancia de saber lo que sentimos.

Creo haber leído que nadie puede salir de un lugar del que no ha aceptado estar. Hablar de emociones, es hablar de un tema complejo puesto que, en sí, el ser humano es complejo. Una emoción es lo que nos mueve, lo que nos impulsa, también es como la sal y la pimienta de nuestra existencia. 

Tratemos de imaginar la vida sin emociones, sin alegría, sin enojo, sin miedo, incluso sin tristeza, sería una vida plana, como una página en blanco. Las emociones le añaden color a la vida, le dan tanto dramatismo como satisfacción a nuestros días. 

El tema del manejo de emociones es un proceso que no es simple, requiere de los conocimientos necesarios y de un esfuerzo constante y paciente. El primer paso para el manejo de lo que sentimos, definitivamente es saber lo que sentimos. Hay personas a las que se les pregunta ¿Cómo te sientes? y no saben responder, tienen tantas emociones intensas y revueltas dentro de ellos que les es difícil identificarlas y ponerlas en palabras. Algunas otras responden "bien" o "muy mal" sin embargo, en el "bien" hay muchísimas emociones como: alegría, satisfacción, placer, orgullo, aceptación, tranquilidad, esperanza, gratitud y un largo etcétera. Mientras que en el "muy mal" encontraríamos emociones como: tristeza, angustia, desesperación, intranquilidad, miedo, enojo, frustración, rechazo, culpa, preocupación, entre muchas otras. 

Caritas, Gracioso, Tina De Madera, Color, Icono Gestual 

Una persona a quien se le dificulta poner nombre a lo que siente le será muy difícil manejarlo, al nombrar la emoción es como si de alguna manera se atrapara y al mirarla cara a cara se enfrentara, así podríamos continuar con el siguiente paso de analizar de dónde viene y qué se hace con ello. 

Una manera de tratar de poner nombre a lo que sentimos es escribir en papel una lista de las emociones que conocemos, si no es muy amplia, podemos ayudarnos de los demás preguntándoles qué emociones conocen o han sentido o también podemos recurrir a algún libro o incluso internet para hacer nuestra lista lo más extensa posible, como una especia de catálogo emocional. 

El segundo paso es ir descartando las que no se parecen a lo que siento hasta quedarme con 5 o 3 emociones que se acerquen. Dado que por lo general una emoción no es pura (están mezcladas, como celos= enojo+miedo) es preciso darle el orden de intensidad identificando una emoción central o base. 

Otra manera es la escritura, ya he recomendado tener un diario de sentimientos en el que se escriban los pensamientos y emociones de manera constante, siendo un ejercicio magnífico para poder apreciar lo que pasa con nuestro estado emocional de manera más precisa. 

Por último recordemos que identificar y dar nombre con palabras exactas y claras a lo que sentimos "estoy muy enojado", "me siento tan triste", "siento temor" es  atraparlo y saber dónde estamos emocionalmente. 

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