"Dejar de latir, de sentir, de doler.
Salir del cuerpo será una sensación desconocida.
Ahí todo lo es, porque respirar es lo único que sé hasta el momento.
He vivido mucho tiempo y es difícil decir adiós. No quiero. Pero cada día, cada enfermedad, cada despedida nos acerca a este momento.
Morimos tantas veces en la vida, dejamos de ser quienes fuimos, pero sólo una es la definitiva.
Y en mis últimos días, no seré quien solía ser. Tengo el cuerpo cansado y dolorido. No sé a dónde voy, cuando cruce el umbral sólo una teoría sera cierta.
La muerte es de mi cuerpo, lo que viví y lo que amé lo llevo conmigo.
Y resuena en mi mente Rilke: " Ciertamente es extraño no habitar ya la tierra, no seguir practicando unas costumbres apenas aprendidas.. extraño es no volver a desear los deseos..."
Pienso en Bobin: "Dios mío, vuestro paraíso tendrá que ser deslumbrante, para que la ausencia de esta vida terrenal no se haga sentir en él, necesitareis ingenio para darme una alegría tan pura como la del aire fresco de una mañana..."
Y recuerdo a Nandino: "Cada mañana al despertar resucitamos, porque al dormir morimos unas horas en que, libres del cuerpo, recobramos la vida espiritual que antes tuvimos, cuando aún no habitabamos la carne que ahora nos define y nos limita. Y éramos, sin ser, misterio puro en el ritmo total del universo..." ✨
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