A Jorge Bucay lo he leído desde hace ya muchos años, gracias a una amiga que emocionada me recomendó su "Hojas de ruta" que era un compendio de 4 libros: El camino de la felicidad, el camino del encuentro, el camino de la autodependencia y mi favorito: el camino de las lágrimas.
El primero que compré es morado ya un poco viejito y gastado y esta quinta edición (cuya portada no me termina de gustar, no me cuadra, como las ediciones de pájaros de Diana de Gabo). Como aclara, este libro no solamente habla sobre duelo por muerte, sino por varios tipos de pérdidas y ¿quién en la vida ha sido inmune a esto? Absolutamente nadie. Y es que en estos últimos dos años he devorado libros sobre tanatología y proceso de duelo y éste sigue siendo de mis favoritos por honesto, por humano, porque lejos de tecnicismos te da la posibilidad de comprender que, en nuestras vidas, las pérdidas son un fenómeno amplio y universal, nos toca a todos y cada uno pasar por ellas y es mejor aprender a recorrer este camino, conocerlo y elaborarlo.
"Es irremediable aceptar y saludable saber...
que por mucho que nos quiera nuestra madre va a dejarnos y nosotros vamos a dejarla a ella;
que el amor de nuestros padres nunca será exclusivamente para nosotros;
que aquello que nos hiere no siempre puede ser remediado con besos; que tendremos que aceptar el amor mezclado con el odio y lo bueno mezclado con lo malo...
...que existen defectos y conflictos en todas las relaciones humanas;
que los deseos de las personas que amamos no siempre coinciden con los nuestros y a veces ni siquiera son compatibles con ellos;
que no importa cuán astutos y cuidadosos seamos, a veces nos toca perder...
que nuestra condición en este mundo es implacablemente pasajera.
Y lo más difícil de aceptar: Somos absolutamente incapaces de poder ofrecer a nuestros seres queridos la protección que quisiéramos contra todo peligro, contra cualquier dolor, contra las frustraciones, contra el tiempo perdido, contra la vejez y contra la muerte".
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