Con dicho título encontré una nota en Internet que me pareció curiosa y corrobora mi sentir respecto a mi profesión. No se trata de las mejor pagadas, sino de las más satisfactorias debido a que la mayoría de ellas se relacionan con las ciencias sociales y la ayuda a los demás, quedando duda sobre la número 10 (operario de máquina pesada).
Éstas son las profesiones más felices (más gratificantes):
1. Sacerdote
2. Bombero
3. Fisioterapeuta
4. Escritor
5. Profesor de educación especial
6. Maestro
7. Artista
8. Psicólogo
9. Vendedor de servicios financieros
10. Operario de maquinaria pesada
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/11/23/actualidad/1322002806_850215.html
sábado, 23 de febrero de 2013
sábado, 16 de febrero de 2013
Sobre los medicamentos
Me gusta realizar una
comparación entre la utilización de psicofármacos, con un dolor de cabeza por
tensión. Si tomas una pastilla para el dolor, mitiga el síntoma físico, más no
la causa, esa debe ser analizada por quien la sufre y trabajar en el manejo de
sus interpretaciones y emociones. Lo mismo sucede con el tratamiento psicofármacológico,
si no va a acompañado a la par de un tratamiento psicoterapéutico, difícilmente
será exitoso, incluso puede volverse una situación crónica.
El doctor en psicología
experimental Richard P. Bentall dice: “Escuchemos más al paciente y mediquémoslo
menos”, refiere que la psiquiatría tiene una grave dependencia a los fármacos,
siendo que en muchas ocasiones funcionarían igual que los placebos.
Personalmente, no aseguraría que
un ansiolítico o un antidepresivo debido a sus componentes químicos funcionarían
de la misma manera que un dulce en todos los casos. Estoy a favor de una psicofarmacología
racional, prudente y ética. Los psicólogos hacemos canalizaciones a psiquiatría,
pero no indiscriminadamente. Hay casos graves en los que la medicación es muy
efectiva para trabajar mejor con el paciente y otros tantos, cuyo trastorno no
amerita dichos medicamentos.
Obviamente hay que tener mucho
cuidado con el uso de estas sustancias, pues una sola pastilla para dolor de
cabeza –por citar un ejemplo-, tiene efectos secundarios en el organismo, son sintéticas,
hechas en un laboratorio. Hay que verlos como una opción y en casos específicos
como parte del tratamiento, es debido anteponer el diagnóstico
psicológico antes que llenarse de pastillas.
La psicoterapia ofrece aprender a manejarnos mejor, en lugar de ser manejados por los medicamentos. Relajarnos utilizando nuestras propias estrategias fisiológicas en lugar de relajarnos obligatoria y sintéticamente.
La psicoterapia ofrece aprender a manejarnos mejor, en lugar de ser manejados por los medicamentos. Relajarnos utilizando nuestras propias estrategias fisiológicas en lugar de relajarnos obligatoria y sintéticamente.
Momentos de serenidad
"Era una mañana de hace varios años, cuando
esperaba el tren en un andén. Lo esperaba de verdad: vigilaba el reloj,
escrutaba el horizonte a un lado y otro e intentando adivinar por donde llegaría.
Y eso, a pesar de que aun faltaban diez minutos para la hora prevista de
partida. Pero me preguntaba si seria un tren que venia de fuera – en ese caso,
si llegaría a la hora anunciada- o si saldría de allí- en ese caso, si estaría
en el anden con antelación y podría subir antes-. En resumen, colmaba mi espíritu
de pensamientos inútiles y carentes de interés.
Por suerte, me di cuenta a tiempo. De pronto,
me vi esperando mi tren como un perro aguarda su comida. Y me dije que no podía
ir por la vida de ese modo. Pensé entonces en mis pacientes, en los ejercicios
de presencia en el mundo que les recomiendo practicar con regularidad, e hice
justamente lo que suelo pedirles. Abandoné el registro de la acción –o, más
bien, del resoplar de impaciencia cuando solo vigilaba la llegada del tren- y
pasé al registro de la presencia. Prescindí de la espera y me concentré en mi respiración,
en la postura que mantenía; me enderecé lentamente, abrí los hombros y también
el oído, escuché los sonidos de la estación, los rumores, el ruido de las
ruedas en los raíles, el dialogo de los pájaros. Observé la luz de esa mañana
de primavera, los movimientos lentos de un tren de mercancías al final del andén,
las nubes, las instalaciones de la estación, los paneles informativos, los
edificios en la lejanía. Aspiré ese olor frío a metal que suele percibirse en
los andenes de las estaciones. Me maravillé de todo lo que había para ver y
sentir, de cuán interesante y tranquilizador era estar allí intensamente,
viviendo el instante presente.
Al subir al tren, me sentía más sereno que
nunca. No lo había esperado ni un segundo. Solo había vivido mi vida, unos
minutos enriquecedores. Unos minutos serenos.
Vivir con serenidad es un aprendizaje diario.
Detener la acción y sentir; adoptar una posición de observación, sin juicio ni
codicia; y apreciar la realidad tal como es. Podemos aprovechar los momentos
cotidianos de espera para relajarnos, dejar de pensar y sentir.
La no acción es la respiración de la acción. Es como el silencio que sigue al ruido. Es esforzarnos, en muchos momentos, para no pasar enseguida a otra cosa, a otra acción. Decidir tomarse un tiempo, no para reflexionar, sino para sentir, para dejarse invadir lentamente por la estela del instante. Permitir clarificarse, apaciguarse. Dejar respirar más a menudo a nuestro espíritu entre dos acciones cotidianas". Christophe André.
miércoles, 13 de febrero de 2013
El perdón
Diálogos, es un programa muy bueno que se transmite por el canal ONCE TV en el cuál varios especialistas abordan distintos temas, de 9:00 a 11:00 de la mañana de lunes a viernes, sin embargo, no todos tenemos la oportunidad de verlo por el trabajo u otras actividades, pero gracias a la tecnología nos ayudamos para verlo cuando tengamos tiempo.
Éste video habla acerca del perdón, no sólo se enfoca a problemáticas de pareja, sino el perdón en general como una vía de liberación y sanación personal.
Como ser un terapeuta
Éste libro lo encontré buscando otro tema de psicología en la librería, pero lo vi y me llamó la atención el: "Guía práctica para el viaje interior". Me pareció un buen libro que no es sólo para estudiantes de psicología que deseen dedicarse a la psicoterapia, sino también para los que ya nos dedicamos a la misma. Hay que dejar clara la idea de que no cualquier persona puede convertirse en terapeuta de la noche a la mañana, requiere una licenciatura en psicología, luego realizar estudios en psicoterapia o en psicología clínica.
Louis Cozolino habla sobre su experiencia en la práctica en el consultorio y podemos fácilmente identificarnos con sus vivencias, es un libro de consulta que, cuando llegamos a abrumarnos por cuestiones referentes al trabajo, leerlo nos deja claro que no sólo a uno le sucede. Escribe sobre cosas que, como en el libro menciona, no nos enseñan en la universidad y que sólo se ven en la práctica.
"¿Cómo conservan la cordura los terapeutas? ¿Cómo podemos oír problemas todo el día y no explotar por el dolor y la confusión acumulados? Hay muchos factores que debemos tomar en consideración para conservar a cordura y forjarnos una carrera satisfactoria Algunos aspectos muy importantes incluyen los limites, ocuparnos de satisfacer nuestras necesidades y cobrar conciencia del efecto que el sufrimiento de nuestros pacientes produce en nuestra psique".
"Estoy convencido de que la clave para ser un terapeuta exitoso es la conciencia de uno mismo. El viaje interior del terapeuta se puede explorar y mejorar desde muchas perspectivas y disciplinas que giran en torno de comprender la mente y el funcionamiento de la experiencia consciente. Lo invito a pensar en la psicoterapia no simplemente como una profesión sino como un llamado, un estilo de vida y un medio de superación personal. Los terapeutas son personas que buscan respuestas. No se conforme con hallar solo respuestas para sus pacientes; encuentre las propias a lo largo del camino. Busque su verdad, descubra sus pasiones y no se conforme con menos".
jueves, 7 de febrero de 2013
sábado, 2 de febrero de 2013
La fidelidad es mucho más que amor
Cuando alguien retoma el tema de la infidelidad
en alguna conversación, por lo regular escuchamos comentarios como “cuando
realmente amas a una persona, no serás infiel” o “todos los hombres son
infieles”. Actualmente se ha incrementado considerablemente el número de
parejas que experimentan situaciones de infidelidad, y la responsabilidad ya no recae sólo en el
hombre, de hecho el género femenino ha rebasado las estadísticas resultando más
infieles que el sexo contrario. Se pensaba que el amor era el “todopoderoso” en
una relación, que sustentaba todo y que si existía dicho ingrediente
difícilmente habría cabida para un tercero.
Definitivamente el amor es esencial para el
sano funcionamiento de la relación de pareja, sin embargo, algunas veces no
basta para evitar infidelidades, es preciso adentrarnos en las causas que la
generan para no responsabilizar totalmente al amor o desamor, hay múltiples
factores que desencadenan dicha problemática. Hace días terminé de leer el
excelente libro “la infidelidad es mucho más que amor” del señor Walter Riso, me
parece un ejemplar bastante sensato, claro y concreto. En poco más de cien
páginas nos ofrece un panorama real acerca del tema de la infidelidad:
“La fidelidad es autocontrol y evitación a tiempo.
Cuando sospechamos que alguien puede llegar a gustarnos de verdad (en el
sentido de movernos, el piso) o cuando sentimos el primer pinchazo de la
atracción y no queremos ser infieles, la mejor opción es alejarnos de la
tentación y no jugar con fuego. Resulta paradójico que sean precisamente las
personas que se perciben a si mismas como radicalmente “incorruptibles” las que
mas probabilidades tienen de enredarse en amores clandestinos. ¿La razón? La
mayoría está convencida de que el amor les provee de una armadura a prueba de
encantos y los hace inmunes a la infidelidad. Insisto: la fidelidad es un acto
de la voluntad, no del corazón”.
“Más del cincuenta porciento de la población
occidental es infiel, lo ha sido o lo será, la insatisfacción es la prima hermana
de la infidelidad”
“¿Quieres ser fiel? Aterriza el amor que
sientes por tu pareja, cultívalo, disfrútalo, arrópalo, pero siempre de manera
realista. Y si quieres sellar y asegurar más la relación, comunica a tiempo tus
descontentos y conoce a fondo tus debilidades”
“Los ejemplares de fidelidad permanecen en
alerta, han tomado la decisión de no dejarse seducir, conocen sus debilidades y
saben donde esta el peligro. Han aprendido el complejo arte de esquivar y
capotear la atracción inconveniente.
La fidelidad no sólo se siente: también se
piensa, se “decide”. Es mejor confiar en uno mismo que en el amor”.
“Las parejas fieles mezclan amor, convicción y
compromiso en cantidades adecuadas, sin alimentar quimeras y con los pies en la
tierra”.
viernes, 1 de febrero de 2013
Sobre el duelo
Etimológicamente la palabra "duelo" viene del latín dolus (dolor), la cual viene del verbo dolere (doler,sufrir, penar).
En psicoanálisis, el duelo es una reacción ante la pérdida de un
ser amado o de una abstracción equivalente (objeto o situación). La vida
representa pérdidas de toda índole que no son estados patológicos y no es
necesario ningún tratamiento médico. Al cabo de un tiempo desaparecerá solo.
Sólo es perjudicial perturbarlo.
Las características de un duelo normal, son:
-Estado de ánimo doloroso
-Cesa el interés por el mundo exterior
-Pérdida de capacidad para elegir un nuevo
objeto
-Recuerdos
El duelo consiste en que el objeto (persona,
relación, trabajo, etapa, etc.) ya no existe y la realidad demanda
retirar la libido del mismo. Pero surge una resistencia porque el hombre no abandona gustoso sus objetos de
amor catectizados, aunque ya haya encontrado una sustitución. Se aferra a
sus objetos y esto propiamente es un
proceso doloroso.
La resistencia puede ser tan intensa que surja
el apartamiento de la realidad. Lo normal es que la realidad obtenga la
victoria. Sin embargo esto toma tiempo, así como gran gasto de energía
psíquica.
Un duelo, por más doloroso que sea se consume
espontáneamente y una vez que se haya renunciado a todo lo perdido, se habrá
agotado por sí mismo y nuestra libido quedará nuevamente en libertad.
Para comprender más acerca de los duelos está el libro "duelo y melancolía" de Sigmund Freud (1917)
Para los que no estén tan familiarizados con el lenguaje Freudiano, hay un libro excelente que habla sobre éste tema, es del psicólogo gestáltico Jorge Bucay, se llama "El camino de las lágrimas". Escribe no sólo sobre los duelos por muerte, sino de duelos por divorcio, vejez, duelos crónicos y duelos patológicos. Además nos ofrece diecinueve excelentes recomendaciones que toda persona en periodo de duelo puede realizar.
Aquí un poquito de este libro:
“Así empieza el camino de las
lágrimas. Así, conectándonos con lo doloroso. Porque así es como se entra en
este sendero, con este peso, con esta carga. Y también con esta creencia
irremediable: la supuesta conciencia de que no lo voy
a soportar. Porque todos pensamos al comenzar
este tramo que es insoportable”
“Como su nombre lo indica, los duelos… duelen. Y no se
puede evitar que duelan”
"Pérdidas inevitables. Este libro no habla solo de la muerte de los seres queridos. A lo largo de nuestras vidas las perdidas constituyen un fenómeno mucho mas amplio y para bien o para mal, universal. Perdemos, no solo a través de la muerte sino también siendo abandonados, cambiando, siguiendo adelante.
Nuestras perdidas incluyen también las renuncias conscientes o inconscientes de nuestros sueños románticos, la cancelación de nuestras esperanzas irrealizables, nuestras ilusiones de libertad, de poder, de seguridad, así como la perdida de nuestra juventud, aquella irrelevante individualidad que se creía para siempre ajena a las arrugas, invulnerable e inmortal"
"Las pérdidas forman parte de nuestra vida, son constantes universales e insoslayables. Y son pérdidas necesarias porque crecemos a través de ellas".
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