martes, 24 de enero de 2017

Cómo manejar situaciones que involucra el tratar con gente difícil


Te dediques a lo que te dediques, independientemente del lugar donde estés, seguramente te ha tocado tratar con gente molesta o irritante. Realmente siendo tantas personas en el planeta, no conocemos el porcentaje de gente irritante, puesto que eso es cuestión de percepción, lo que a una persona le parece molesto otra persona tal vez no lo perciba así, lo cierto es que alguna vez nos tocará o nos ha tocado tratar o convivir con gente que nos saca de quicio, tal vez sea un compañero de trabajo, tu jefe, hasta alguna persona con la que no convives a diario como un sastre que te trae vuelta y vuelta sin tener tu encargo etc, por ello, te presento las siguientes sugerencias para sobrellevar la situación de la menor manera:

1.       Identifica cuando estás molesto: Algunas veces no nos damos cuenta de lo que nos provoca alguna situación o incluso nuestros propios pensamientos, date algunos momentos para identificar en tu cuerpo lo que estás experimentando: rabia, enojo, frustración, impotencia, desesperación, fíjate cómo están los latidos de tu corazón, todas las emociones pasan por el cuerpo así que escucharlo es una gran forma de saber lo que sentimos. 
 
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2.       Evita involucrarte en una discusión con esa persona: Puesto que una persona irritante probablemente no sea consciente de que lo es, acuérdate de que la respiración lenta y profunda debe ser una aliada para conservar la calma. Si dicha persona te agrede con sus palabras o con sus actos negligentes, no te enroles en lo mismo, el no agredir al otro, habla bien de ti, de tus valores y de tu educación.  


3.       No te enganches: Trata de comprender (que no es lo mismo que justificar algún hecho) y ver más allá, quizás esa persona tenga problemas que nosotros desconocemos, o ese día se la ha pasado mal, incluso, hay personas cuyas vidas no son del todo satisfactorias y tratan de contaminar a los demás con lo que sienten, por ello, no te enganches con sus actos o con sus palabras, no lleves contigo su frustración.


4.       No alimentes el enojo con tus pensamientos: Desde “¡Qué idiota!, ¡Ya me arruinó el día! ¡seguro lo hace para fregarme!, ¡me las va a pagar! (… y un largo etcétera), hasta seguir reviviendo mentalmente cómo ocurrieron los hechos, qué te dijeron, qué respondiste, qué pudiste responder y no lo hiciste... y demás. Este tipo de pensamientos no te llevan a tranquilizarte, al contrario, notas que está aún más enojado, date cuenta de que estás pensando en círculos y detén ese tren del pensamiento negativo. 
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5.       Canaliza las emociones que te genera: Trata de no contaminar a los demás con estas emociones, puesto que el enojo y la frustración de pronto parecen una cadenita en la que, si me hizo tal cosa el chofer del autobús, yo me desquito con el de la tiendita y el de la tiendita enojado le avienta el cambio a otro cliente y así sucesivamente estos episodios van haciéndose comunes pero molestos, así que tú tienes la opción de ya no seguir con las malas caras o malos tratos hacia los demás. Camina, corre, da un paseo, di una tremenda palabrota (interiormente) vuelve a tu respiración lenta y profunda y deja ir la situación. 

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