"Ser terapeuta no protege de la enfermedad ni del sufrimiento. No aparta el desaliento ni el caos. Pero puede ayudar a no hundirse en ellos. Como sabemos lo que hay que hacer, nos esforzamos en ello. Tenemos que hacer justo lo mismo que hacen nuestros pacientes. Con perseverancia y humildad. Y darnos cuenta de que también funciona para nosotros..."
"Los psicoterapeutas ¿son seres humanos como los demás? En la consulta a veces tengo la sensación de que mis pacientes me toman por un superhombre. Ante las preguntas que me plantean, ante la espera inquieta de mis respuestas; atentos a mis consejos, a mis actitudes, a mi ceño fruncido. A veces, siento que me han subido a un pedestal. Debería llevar una vida perfecta y, sobre todo, tener la respuesta adecuada a todas las preguntas. El psicoterapeuta lo sabe todo, lo entiende todo, responde a todo. Salvo un detalle, el psicoterapeuta es una persona como cualquier otra: tiene sus límites, sus problemas, sus angustias, preguntas no resueltas, éxitos y fracasos.
La única diferencia radica en que el terapeuta ha convertido en su oficio el tratar de comprender (junto a ellos) los problemas de los demás y ayudarlos como puede. Es testigo, compañero, acompañante". Dr. Frederic Fanget, "los secretos de los psicólogos".
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