"Es un ejercicio clásico de psicologia positiva: por la noche, antes de dormirse, pensar en tres buenos momentos de la jornada. Nada de momentos excepcionales, sólo momentitos buenos: unas risas con un ser querido, una lectura interesante, un cumplido, una música que nos ha conmovido, la sensación fugitiva entre 11:15 y 11:18 de que nuestra vida era bella, etc. Pensar intencionalmente y con intensidad. Es decir, nada de hacer aflorar el recuerdo de esos momentos en dos segundos y medio para luego continuar con las preocupaciones de la jornada y de mañana. No, hacerles sitio de verdad: evocarlos, visualizarlos, sentirlos de nuevo, en todo el cuerpo y no únicamente en la cabeza. Más que reflexionar, mejor saborearlos. Practicarlo todas las noches durante algunas semanas mejorara nuestra moral, nuestro bienestar, y también el sueño".
- Christophe Andre, "Y no te olvides de ser feliz".
Nuestra mente a veces sólo se enfoca en cavilar las cosas negativas del día, recordar lo que no nos resultó como queriamos o esperabamos, pensar en la crítica de tal persona, recordar lo que nos faltó hacer, lo que vamos a hacer mañana, etc. A menudo nos concentramos en lo que no fue tan bueno, pero, ¿Qué pasa con aquellos momentos que pasan desapercibidos? ¿Cavilamos también los detalles agradables tanto como los desagradables? A veces cuesta un poco comenzar a percibir o a recordar esos momentos del día porque por lo regular no estamos acostubrados a hacerlo. Es cuestión de apreciación, de consciencia y de hacer el esfuerzo de hacerlo cada noche, asi obtendremos los beneficios como son el que esos momentos no pasen de largo en nuestros dias, comenzar a pensar diferente menos negatividad mayor optimismo, recordar para volver a vivir lo bueno que tiene la vida, y en el día aprender a disfrutar ya sea los momentos espontáneos que nos regalan los días o aprender también a crear y generar buenos momentos. Comenzar hoy!
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