"Dios mío, por qué
habéis inventado la muerte, por qué habéis permitido que venga una cosa
semejante, es tan agradable la vida en la tierra, vuestro paraíso tendrá que
ser deslumbrante para que la ausencia de esta vida terrenal no se haga sentir
en él, necesitaréis ingenio para darme una alegría tan pura como la del aire
fresco de una mañana de abril, sí, necesitaréis mucho talento y por
consiguiente amor para que no llegue a vuestro paraíso, ninguna nostalgia de
esta vida, herida, pequeña, muda".
-Christian Bobin en "Autorretrato con radiador".
Coincido contigo Bobin. A veces me he preguntado lo mismo sobre la muerte, resolviendo a través sólo de la lógica que, gracias a que existe, las nuevas generaciones pueden seguir habitando esta tierra, incluso, podría haber cientos de respuestas a la misma pregunta, sin llegar a resolver nada en absoluto. Eso para mí, no es lo que me intriga en tus palabras, sino la gracia que tienes al cuestionarte lo que todos quizás, conscientes de nuestro fin hacemos, el que a veces se disfrute tanto de los pequeños grandes detalles de la existencia al grado de llegarse a preguntar si Dios tiene preparado algo igual o incluso mejor que esos detalles que con tanta genialidad logran que uno tema el dejar de tenerlos.
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